Uno de los ataques más destacados que el enemigo lanza contra nosotros es el ataque contra nuestra fe y confianza en Dios y su palabra. Si él puede sacarnos de nuestra fe y confianza, perdemos nuestra valentía. Por eso es tan vital que nos conectemos con Dios todos los días. Cuando invocamos a Dios y, en algunos casos, clamamos a Dios, Él nos escucha, y su Espíritu y Su palabra nos aseguran que Él está con nosotros. Él nunca nos deja ni nos abandona. El rey David dijo esto en el Salmo 138:3: "Cuando te llamé, me respondiste;me infundiste animo y renovates mis fuerzas. Él sabe que su fuerza vino de Dios. Cuando clamó a Dios, recibio valentía y fortaleza en su alma. Cuando atravesamos dificultades en la vida, necesitamos valentía y fortaleza en nuestras almas. No podemos luchar efectivamente si somos derrotados por dentro. Hoy clama a Dios. Él escucha a sus hijos. Por Su Espíritu y su palabra, Él restaurará tu fe, valentía y confianza, y renovará tu fuerza en el interior. ¡Tu alma será renovada y alentada para que puedas terminar fuerte!
Con todo mi corazón!
¡David entendió la importancia de andar con Dios con todo su corazón! Dios no está interesado en las relaciones a medias. Jesús estaba completamente comprometido cuando fue a la cruz. Tuvo la oportunidad de alejarse en el jardín de Gesthemane, pero se mantuvo fiel al curso y fue hasta la cruz. Somos la esposa de Cristo ¡Esto significa matrimonio y compromiso! El ser novios es divertido, pero puedes salirte de la relación en cualquier momento. El matrimonio, sin embargo, es un compromiso total. El Señor Jesús nos llama su Esposa. El Padre Celestial nos llama Sus hijos. ¡Ambas declaraciones revelan un compromiso completo! No tengo que cuidar al hijo de un extraño, pero estoy completamente comprometido a cuidar a mis hijos. Dios nos ama completamente y totalmente. No debemos hacer menos. Hoy, evalúa dónde está tu corazón. ¿Está Dios en el centro de su corazón, o hay otras cosas más importantes que Él? ¡Sé como David que amó a Dios con todo su corazón!
Salmo 119: 69 Guardaré tus preceptos con todo mi corazón.