Hay varias definiciones de la palabra orgullo. Podemos estar orgullosos de nuestro trabajo; orgulloso de los logros de nuestros hijos; orgullosos de nuestra nación, etc. Sin embargo, hay un orgullo que destruye. Este tipo de orgullo distorsiona la visión de uno mismo y de quienes lo rodean. El orgullo es un pecado maestro. Este tipo de orgullo causo la caída del arcángel Lucifer. El diccionario Merriam Webster enseña que este tipo de pecado es una autoestima y una presunción desmesuradas. Proverbios 11: 2 declara que aquellos que permiten que este tipo de orgullo crezca en sus corazones, ¡se avergonzarán! Por el contrario, aquellos que son humildes caminan en la sabiduría. Romanos 12: 3 (RVC) nos advierte: “Por la gracia que me es dada, digo a cada uno de ustedes que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con sensatez, según la medida de fe que Dios repartió a cada uno.”.
Proverbios 11: 2– Cuando viene el orgullo, viene la vergüenza; pero con los humildes es la sabiduría.