Incluso cuando los bancos fallan, ¡Dios nunca falla!

En medio de estos tiempos financieramente difíciles, es vital que recordemos de dónde proviene nuestra provisión. Somos ciudadanos del Reino de Dios. Al fin, nuestra provisión proviene del Señor Dios nuestro proveedor (Gén. 22:13, 14). Él también es nuestro Padre Celestial y es el proveedor perfecto. Él desea que todas nuestras necesidades sean satisfechas en esta vida. Como el Padre perfecto, Él ama proveer para Sus hijos. Jesús compartió en Mateo 6: 31 – 33: “Por tanto, no os preocupéis, diciendo: ‘¿Qué comeremos?’, ‘¿Qué beberemos?’ o ‘¿Con qué nos vestiremos?’ Porque después de todas estas cosas los gentiles buscan. Porque vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Cuando buscamos Su Reino primero, Él se asegura de que todas nuestras necesidades sean satisfechas. ¡Su provision se encuentra conforme a Sus riquezas en Gloria! En otras palabras, incluso si no sabe de dónde viene la provisión, puede confiar en la promesa y la fidelidad de Dios de que Él proveerá aunque parezca que no lo hay. Incluso cuando los bancos y las instituciones fallan, ¡Dios nunca falla!

Filipenses 4:19 “Y mi Dios suplirá todo lo que os falta conforme a Sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”

Proverbios 10:3 “Jehová no permitirá que el alma justa pase hambre, sino que desechará los deseos de los impíos”