Probablemente hayas escuchado sobre el poderoso escudo de la fe que apaga todos los dardos ardientes del maligno. Pero, ¿sabías que el favor también es un escudo? Y no cualquier escudo. Es un gran escudo que rodea a los justos, protegiéndolos del maligno. El Salmo 5:12 (GW) dice: “Tú bendices a los justos, Señor. Como un escudo grande, los rodeas con tu favor”. El favor incluye: ventaja, beneficio, privilegio, derecho otorgado, bondad gentil otorgada. Un momento de favor puede cambiar su situación en un momento. Dios le dio favor a José, y en un momento, pasó de ser prisionero a convertirse en primer ministro. Dios le dio favor a David y pasó de ser perseguido por el rey a convertirse en rey. Dios le dio favor a Gedeón, y pasó de ser un hombre asustado y con una baja autoestima a ser un libertador. ¿Qué te sucedería si Dios te mostrara favor? ¡Ponlo primero en tu vida y observa cómo el favor de Dios te rodea y te bendice más allá de tus mayores expectativas!
Has experimentado su presencia?
Cada criatura tiene un entorno óptimo que les permite vivir y prosperar. Para los peces, es el océano. Para el pájaro, es el cielo. Para el cristiano, es la presencia de Dios. Salmo 140: 13 “Ciertamente los justos darán gracias a tu nombre; los rectos morarán en Tu presencia”. En su presencia, somos fortalecidos. Somos limpios. Recibimos el gozo de Jehovah. Recibimos sabiduría. Estamos protegidos. Recibimos su misericordia. Estamos protegidos de nuestros enemigos. Estamos seguros. Somos amados con su amor eterno. Vemos con sus ojos. Sentimos su corazón. Recibimos respuestas para nuestras oraciones. Experimentamos el poder de la resurrección. Recibimos sanidad espiritual, mental y emocional. Su presencia es el lugar donde vivimos y prosperamos. ¿Has experimentado su presencia?
Salmo 16:11 “Me mostrarás el camino de la vida; en Tu presencia hay plenitud de gozo”.