Una revelación poderosa de nuestro Padre Celestial!

Necesitamos una poderosa revelación de nuestro Padre Celestial. El Señor Jesús nos enseñó a orar. Nos dice que comencemos la oración con “Padre Nuestro, que estás en los cielos”. No solo es nuestro Padre celestial, también es el ejemplo perfecto del mejor padre que uno podría tener. Su amor por nosotros es legendario, su perdón cuando pecamos y fallamos es inigualable. Sus amables y tiernas misericordias son nuevas todos los días. Él nos cuida y siempre está con nosotros. Nunca nos deja ni nos abandona. Él satisface todas nuestras necesidades de acuerdo con sus riquezas en gloria. Él escucha y responde a nuestras oraciones y peticiones. Él envió su palabra y nos sanó. Él es fiel. Él es consistente. Nos ha dado una herencia invaluable. Se regocija por nosotros. Él nos da los mejores regalos. En pocas palabras, Él es el Padre que no tiene igual. ¡Él es nuestro Padre celestial!

Mateo 7: 11 (Version Amplificada) “Si entonces, malvado (pecaminoso por naturaleza) como eres, sabes cómo dar regalos buenos y ventajosos a tus hijos, cuánto más dará tu Padre que está en el cielo [perfecto como es] lo que es bueno y ventajoso para aquellos que siguen preguntándole”

¿Le estás dando gloria a Dios en tu vida diaria?

¿Alguna vez has considerado que tus acciones glorifican a Dios o lo decepcionan? En la parábola de los talentos, el Señor Jesús enseñó que dos de su equipo hicieron lo que le pidió y le dieron gloria a Dios. El tercero se negó a obedecerle, por lo cual Su Señor lo llamó un siervo malvado y perezoso (Mateo 25). El apóstol Pablo enseñó este principio a la iglesia en Corinto: “Entonces, ya sea que comas o bebas, o lo que sea que hagas, haz todo por el honor y la gloria de Dios”

(1 Corintios 10:31, AMP). Esto significa que Dios está observando las decisiones que tomas a diario, y lo complaces cuando eliges hacer cosas por el honor y la gloria de Dios. ¿Le estás dando gloria a Dios en tu vida diaria o te estás dando crédito a ti mismo? ¿Eres un siervo bueno y fiel, o eres un siervo malvado y perezoso? ¡Solo usted y Dios lo saben con seguridad!