El Amor Perfecto!

Las Escrituras declaran que sin fe, no podemos agradar a Dios (Hebreos 11: 6). La fe es un componente necesario de nuestro caminar con Dios. Sin embargo, las Escrituras también establecen que la fe obra por amor (Gálatas 5: 6). Tan importante como es la fe, sin amor, nuestra fe es impotente. 1 Corintios 13:13 declara: “Y ahora permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres; pero el más grande de estos es el amor”. Dios nos ama con un amor interminable. Su amor es perfecto. Su amor nos llega incluso cuando no nos damos cuenta. En la parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11), revela que el Padre había estado esperando a su hijo perdido y que deseaba que su hijo regresara a casa. Cuando su hijo regresó, derrotado, todo sucio y con olor a comida de cerdo, el Padre corrió hacia él y lo abrazó. Devolvió a su hijo a su hogar y autoridad. Esta parábola describe el amor de Dios por nosotros. El Señor Jesús nos dijo que cuando oramos, debemos comenzar la oración diciendo “Padre nuestro”. Somos Sus hijos y Él nos ama más de lo que nunca sabremos. Nunca olvides, incluso en medio de todas tus “ocupaciones”, Dios, tu Padre Celestial te ama y está esperando el compañerismo con Él. ¡Nunca estés demasiado ocupado para tu Padre Celestial!

 Efesios 2: 4-6 “Pero Dios, que es rico en misericordia, debido a su gran amor con el que nos amó, aun cuando estuvimos muertos en delitos, nos hizo vivir juntos con Cristo (por gracia has sido salvo), y nos criaron juntos, y nos hicieron sentar juntos en los lugares celestiales en Cristo Jesús “

El misericordioso hace bien por su propia alma!

El salmista declaró esto acerca de nuestro Padre Celestial: “El Señor es misericordioso y lento para la ira y abundante en misericordia” Salmos 103: 8. Esa es una poderosa revelación, especialmente porque muchos creen que Dios no es un Dios amoroso. El Señor Jesús también confirmó este hecho en Lucas 6:36: “Por tanto, sé misericordioso, así como tu Padre también es misericordioso”. No solo confirmó que Dios es misericordioso, sino que también nos dijo que debemos ser misericordiosos así como Él es misericordioso. Hay una bendición especial para aquellos que permiten que la misericordia de Dios fluya a través de ellos. Note lo que el Señor Jesús nos reveló en las Bienaventuranzas: Mateo 5: 7  “Bienaventurado el misericordioso, porque ellos alcanzarán misericordia”. Cuando permites que la misericordia fluya de ti a los demás, Dios promete que la misericordia se extenderá a ti en tu momento de necesidad. Entonces, la próxima vez que sientas la necesidad de vengarte, ¿por qué no liberas la misericordia? Dios estará complacido, y la misericordia regresará a ti!

 Proverbios 11:17  “El misericordioso hace bien por su propia alma, pero el que es angustiante aflige a su propia carne”.