La preocupación llega cuando el desafío o problema actual que tenemos ante nosotros se magnifica por encima de la palabra y la fidelidad de Dios. Cuando nos preocupamos, en efecto estamos diciendo que Dios no puede ayudarnos con este problema. Estamos sin ayuda y este problema nos abrumará. Sin embargo, hoy Dios quiere recordarnos que debemos rechazar la preocupación. No es parte de nuestro ADN. Nuestro ADN es fe, confianza, alegría, paz, poder, audacia y expectativa. Nehemías le dijo al pueblo de Dios: “y no te preocupes, porque el gozo del Señor es tu fuerza y fortaleza” (Nehemías 8:10). Es hora de desatar el gozo del Señor en tu espíritu. Después de todo, ¿cuál es la opción? La preocupación? Nunca! Hoy le decimos a la preocupación, vete por siempre! ¡Tenemos el gozo del Señor dentro de nosotros, y somos fuertes en el El!
Nehemías 8:10 (b) (Amp) “… Y no te preocupes, porque gozo del Señor es tu fuerza y fortaleza”