El Señor Jesús nos enseñó el patrón perfecto para la oración diaria. Él nos enseñó a comenzar nuestra oración con adoración y honor. El nombre de Dios es santo. La palabra “santificado” significa: santificar, venerar, consagrar, santificado. Cuando venimos al Padre Celestial, debemos reconocer Su Santidad. Él realmente es digno de ser alabado. Su nombre revela muchas cosas acerca de su amor hacia su pueblo. En el Antiguo Testamento, puedes encontrar Su Nombre conectado con una revelación específica de Su naturaleza o carácter. Podemos ver conectado con Su Nombre cosas como provisión divina, protección, sanidad, restauración, santificador, entre otras cosas. El nombre de su Padre Celestial revela su amor absoluto por Sus hijos. ¡Siempre recuerda esto cuando vienes a Él cada mañana!
Mateo 6: 9 De esta manera, ora: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.