¡Que se levanten los adoradores!

La oración del Señor comienza con la adoración a Dios y el reconocimiento de quién es Él. La oración del Señor también termina con la adoración. Nuestra tendencia como humanos es interesarnos únicamente en lo que las personas pueden hacer por nosotros. La mayoría no está interesada en lo que pueden hacer por los demás. Cuando comenzamos nuestras oraciones con adoración, nos devuelve a nuestro ADN piadoso, que reconoce que todo no gira alrededor de nosotros. Enfoca nuestras oraciones en las cosas verdaderamente importantes. Es por la gracia y la bondad de Dios que somos salvos. Es su bondad la que ha provisto el techo sobre nuestras cabezas, los alimentos que comemos, la salud que disfrutamos, el regalo diario de vida, etc. Cuando adoramos a Dios, establecemos una “actitud de gratitud” en nuestra vida diaria. Ahora nos damos cuenta de por qué el Señor Jesús nos enseñó a comenzar y terminar nuestras oraciones con adoración a Dios. ¡Que se levanten los adoradores!

Mateo 6: 13 – Porque tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Amén.

Seria posible evitar estas tentaciones?

Ayer, compartí Mateo 6:13 de “la biblia del mensaje”, “Manténganos a salvo de nosotros mismos y del diablo. ¡Usted está a cargo!” Nos damos cuenta de que el diablo nos tienta de muchas maneras, pero nuestros deseos carnales también nos tientan de manera continua. El apóstol Pablo nos dio instrucciones de dejar a un lado el hombre viejo (deseos engañosos), y vestirnos con el hombre nuevo que fue creado de acuerdo con Dios, en verdadera justicia y santidad (Efesios 4: 22-24). Además, en los versículos 25-32, nos aconseja:

Habla la verdad el uno al otro. Esto nos mantendrá honestos y justos,

No permita que la ira le controle. Contrólela o puede destruirle,

Asegúrese de no dar lugar en su corazón al diablo. Reserve el trono de su corazón al Espíritu Santo.

No robe a nadie. Trabaje honorablemente con sus manos, conocimiento y experiencia,

Rechace  y no permita que cualquier palabra corrupta salga de su boca. En su lugar, anime a los que le rodean,

No entristezca al Espíritu Santo. Si pecas o cometes un error, pídele perdón a Él de inmediato, y deténga lo que pueda entristecerlo.

Rechace cualquier raíz de amargura debido a cualquier ofensa potencial. Camine en el amor y el perdón todos los días.

Protegiendo estas áreas todos los días evitará que ceda a la tentación, y mantendrá su espíritu y alma listos para recibir sabiduría y fortaleza del Espíritu Santo todos los días.

Mateo 6:13 (TLT) – No nos dejemos ceder a la tentación, sino que nos rescates del maligno