Podras perdonar esto?

En la traducción de la pasión, hay una versión poderosa de la oración “Nuestro Padre”. La mayoría sabe que debemos perdonar a nuestros deudores, pero esta versión lo dice de esta manera: “Perdónanos los errores que hemos cometido cuando nosotros mismos liberamos el perdón a los que nos han perjudicado”. ¡El Padre perdona nuestros errores y nuestras deudas, pero espera que también perdonemos a aquellos que nos hicieron daño! El amor que Dios se extiende está más allá de la comprensión. Sin embargo, como sus hijos y representantes, tenemos el privilegio y el honor de extender también el perdón a los demás al igual que Él nos extiende Su perdón y amor. La palabra evangelio significa “buenas noticias”. ¡Qué mejor noticia que el hecho de que Dios en Cristo nos ha perdonado! De la misma manera, tenemos el privilegio de extender el amor de Dios a través de nosotros mientras perdonamos a los que nos han ofendido. El perdón es difícil. Esa es una de las razones por las que es un regalo precioso. Cuando extiendes el don del perdón, estás ayudando a darle a alguien una segunda oportunidad. Dios nos ha dado nueva vida, así que con su ayuda, también podemos dar nueva vida a las relaciones rotas.

Mateo 6: 12 “Y perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores”.

Estarias pidiendo correctamente?

En Mateo 6:11, el Señor Jesús nos instruyó que le pidiéramos al Padre Celestial el pan de cada día. Note que fue Dios quien nos autorizó a preguntarle. Pedir en oración no es algo malo. Es una buena cosa. Muchos tienen una suposición incorrecta de que es malo o injusto pedirle cosas a Dios. Por el contrario, nuestro Padre Celestial disfruta cuando le pedimos provisión, sabiduría, protección, amor, gozo, paz, salvación, restauración, etc. Sin embargo, las Escrituras nos aconsejan que nos aseguremos de que lo pidamos correctamente. Hay algunos que preguntan mal. Santiago 4: 3 dice: “Pides y no recibes, porque pides mal, para que lo gastes en tus placeres”. Siempre asegúrese de preguntar conforme a la palabra de Dios, con un corazón puro, y de bendecir a su familia y a los que lo rodean, no solamente para fama y  beneficios personales. ¡Recuerde que Dios conoce los motivos del corazón, y si lo pedimos con el espíritu correcto, Él proveerá todas nuestras necesidades de acuerdo con Sus riquezas en gloria!

Mateo 6:11 – Danos hoy nuestro pan de cada día.