Los discípulos fueron completamente derrotados y decepcionados el día antes de la resurrección. Sin embargo, en ese bendito tercer día, ¡el Mesías resucitó en poder y gloria! Cuando los discípulos vieron al Señor resucitado, ¡no podían creer lo que veían! Thomas incluso dijo que no creería a menos que pudiera tocar físicamente las cicatrices en sus manos y su costado. “Ellos le contaron: —¡Hemos visto al Señor! Pero él respondió:—No lo creeré a menos que vea las heridas de los clavos en sus manos, meta mis dedos en ellas y ponga mi mano dentro de la herida de su costado. Ocho días después, los discípulos estaban juntos de nuevo, y esa vez Tomás se encontraba con ellos. Las puertas estaban bien cerradas; pero de pronto, igual que antes, Jesús estaba de pie en medio de ellos y dijo: «La paz sea con ustedes». Entonces le dijo a Tomás: —Pon tu dedo aquí y mira mis manos; mete tu mano en la herida de mi costado. Ya no seas incrédulo. ¡Cree! ¡Mi Señor y mi Dios! —exclamó Tomás” (Juan 20: 25-28). El sábado no tenían esperanza, pero el domingo, ¡su esperanza, alegría, paz, fe y expectativa resucitaron! De la misma manera, Dios te recuerda hoy que puedes tener nuevas expectaciones. ¡Puedes alegrarte porque Su Hijo ya no está en la cruz! Ahora está sentado en Su mano derecha. ¡Y por eso, todas sus promesas se confirman con el poder de la resurrección! ¡Él está realmente vivo, y nosotros estamos vivos junto con Él!
Proverbios 13:12 “La esperanza postergada aflige al corazón, pero un sueño cumplido es un árbol de vida”
Mateo 25: 5-8 “Entonces, el ángel les habló a las mujeres: «¡No teman! —dijo—. Sé que buscan a Jesús, el que fue crucificado. ¡No está aquí! Ha resucitado tal como dijo que sucedería. Vengan, vean el lugar donde estaba su cuerpo. Y ahora, vayan rápidamente y cuéntenles a sus discípulos que ha resucitado y que va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán. Recuerden lo que les he dicho». Las mujeres se fueron a toda prisa. Estaban asustadas pero a la vez llenas de gran alegría, y se apresuraron para dar el mensaje del ángel a los discípulos”