Necesitamos a Dios en nuestras vidas. Jesús enseñó que no podemos hacer nada de importancia eterna separados de Él. Juan 15:4 – 5 “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí. “Yo soy la vid, vosotros sois los pámpanos. El que permanece en mí, y yo en él, mucho fruto lleva; porque sin Mí nada podéis hacer”. Con la ayuda del Señor Jesús, podemos soportar todos los desafíos de la vida. Podemos cumplir todas las asignaciones que Él ha puesto a nuestro cuidado. Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
También nos necesitamos unos a otros. Fuimos creados por Dios para prosperar como cuerpo. Nos necesitamos unos a otros más de lo que la mayoría de la gente cree. Somos más fuertes unos con otros. Lo que a mí me falta, tú lo posees. Mi fuerza no es sólo para mí. También es para ti. Tu don es la respuesta de otra persona a la oración. Recuerde siempre, ¡juntos somos más fuertes! Eclesiastés 4:9 – 12 “Mejor son dos que uno, porque tendrán buena recompensa por su trabajo. 10 Porque si caen, uno levantará a su compañero. Pero ¡ay del que está solo cuando cae, porque no tiene quien le ayude a levantarse! 11 Además, si dos se acuestan juntos, se calentarán; ¿Pero cómo puede uno estar cálido solo?12 Aunque uno sea vencido por otro, dos pueden resistirle. Y un cordón triple no se rompe fácilmente”. Necesitamos a Dios y nos necesitamos unos a otros. Nunca olvides eso.