Tenemos una gran promesa en Hebreos 13: 5, 6. Esta promesa nos da gran confianza, gran alegría, gran paz, gran expectativa. ¡Nos da gran esperanza para el futuro! Asegura nuestra eternidad. Elimina cualquier temor en nuestros corazones. Esto es lo que dice: “No amen el dinero; estén contentos con lo que tienen, pues Dios ha dicho: «Nunca te fallaré. Jamás te abandonaré». Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda, por tanto, no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?” (Hebreos 13: 5,6) Recuerde hoy que Él nunca falla. El nunca nos abandona. El nos ayuda. Él está con nosotros, y si Dios está con nosotros, ¿quién puede tener éxito contra nosotros?