Se necesita un compromiso firme y amor para caminar justamente. Si bien a la mayoría de las personas no les importa lo que dicen, piensan o hacen, los que aman a Dios eligen agradar a Dios en su vida diaria. El rey David dijo esto: “Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables a tu vista, oh Señor, mi fortaleza y mi redentor” (Salmo 19:14). Él oró a Dios por ayuda para vivir rectamente porque sabía que sin la ayuda de Dios, muy bien podría fallar y pecar. Sabía que Dios no solo era su Redentor, sino que también era su fortaleza. Tal vez estés atravesando un desafío viviendo para Dios en medio de un mundo no redimido, pero recuerda hoy que Dios es tu fortaleza y redentor. Él te ayudará a vivir en rectitud ante Él. E incluso cuando fallas, su amor y perdón siempre están ahí para ti. Se fortalecido hoy. Hay quienes te observan y piensan “si él puede vivir para Dios, entonces quizás yo pueda”. ¡Que tengas un fin de semana bendecido!
Una de las grandes luchas que tenemos hoy es en quién podemos confiar para darnos una buena orientación o dirección. El otro día, fui a una tienda muy grande en busca de un artículo específico. No pude encontrar el artículo, así que le pregunté a un empleado si sabían dónde estaba el artículo. Ella nos dijo que estaba en el pasillo 3. Sin embargo, a pesar de que era una empleada, me dio información incorrecta. Le pregunté a dos empleados más y finalmente encontré el artículo que estaba buscando. Esto sucede en todas las áreas, ya sea que necesite reparar su automóvil, un médico que pueda diagnosticar correctamente su problema, a qué tipo de escuela debe ir, etc. Afortunadamente para quienes confiamos en Cristo, se puede confiar en que Dios nos dará la dirección y orientación perfecta. Isaías 48:17 (AMP) dice: “Esto es lo que el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel dice:” Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña a sacar provecho (beneficio), que te guía por el camino que deberías ir”. Entonces, en lugar de pedir ayuda a todos, excepto a nuestro Padre Celestial, es hora de cambiar esta ecuación. Ve a Dios primero y pídele sabiduría y orientacion todas las mañanas. Él te enseñará a prosperar en tu camino y te guiará por senderos justos. Él nunca te dejará ni te abandonará, ¡así que camina diariamente con Dios porque Él dirigirá tus caminos!