Nuestra fe en Dios y Su palabra nos da esperanza, tanto ahora como para el futuro. Es posible que esté pasando por un momento de prueba o dificultad en este momento. Sin embargo, su fe y confianza en lo que Dios le ha prometido le dará esa paz y fortaleza sobrenatural para resistir y superar cualquier lucha que esté experimentando actualmente. Incluso el rey David entendió la importancia de su fe en Dios y cómo la bondad de Dios podría ayudarlo en las peores situaciones. El Salmo 27:13 dice: “Me hubiera desesperado si no hubiera creído que vería la bondad del Señor en la tierra de los vivos”. Otra versión dice: “Me habría desmayado si no hubiera creído”. Sí, el viaje a veces puede parecer abrumador, pero tienes algo en tu interior que está listo para ayudarlo. La bondad de Dios está allí contigo y verás su bondad en la tierra de los vivos. No es hora de rendirse; Es hora de declarar audazmente: “El Señor es mi ayudante; No temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre (Hebreos 13: 6)?
El Apóstol Pedro nos advirtió que seamos sobrios y vigilantes en todo momento. La palabra sobrio significa: estar bien equilibrado y autodisciplinado. La palabra vigilante significa: estar alerta y cauteloso en todo momento. Pedro sabía que estamos en una batalla espiritual. Sin embargo, no estamos solos en esta batalla. Nuestros hermanos y hermanas en la fe también están en una batalla similar. 1 Pedro 5: 8-9 dice: “Sé sobrio y vigilante; porque tu adversario el diablo, como león rugiente, anda buscando a quién devorar: Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. Pedro nos recuerda que nuestra fe tiene gran poder. Tenemos la autoridad para resistir al adversario, el diablo. Debemos resistirlo firmemente en la fe. Cuando hacemos eso, el tendrá que huir. La palabra “firmemente” significa: “inamovible, firmemente fijado en su lugar”. . Nuestra fe está envuelta alrededor de LA ROCA, que es nuestro Señor Jesús. ¡Por eso podemos permanecer firmes! Santiago 4: 7 dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Así que recuerde hoy que mayor ¡Es el que está en ti que el que está en el mundo!