Solamente el agricultor entiende esto!

Ya estamos en junio. Junio ​​es cuando comienza el verano. El verano es un momento en el cual los agricultores están ocupados con la tierra y la familia. Ellos plantan, labran, cuidan y observan a los parásitos y otras plagas que podrían destruir los cultivos. También aplican vitaminas, minerales, enzimas y otros nutrientes en su terreno para garantizar una buena cosecha. Las vitaminas son para la nutrición de las plantas y actúan especialmente en la regulación de los procesos metabólicos. Por lo tanto, los agricultores se preocupan por asegurarse de que todos los procesos y condiciones internos y externos estén presentes para una cosecha saludable. Se responsabilizan de la salud de los cultivos y del terreno. Las enzimas catalizan o desencadenan reacciones bioquímicas específicas. La palabra enzima proviene de una palabra raíz que significa levadura. Como sabes, si pones un poco de levadura en la masa, afectará a todo el trozo de masa. Lo cambia. Los agricultores saben que su inversión en la tierra provocará reacciones positivas que bendecirán a su familia y su comunidad. Cambiará sus comunidades y sus futuros para mejor. Los minerales tales como piedra, carbón, sal, azufre, arena, petróleo, agua o gas natural se obtienen generalmente de la tierra. Los minerales son necesarios porque ayudan a las plantas, así como a nuestros cuerpos a crecer, desarrollarse y mantenerse saludables. Los agricultores saben que esto es fundamental, por lo que se dedican en verano a velar y alimentar continuamente su semilla / inversión, su familia y su ministerio. El verano es un tiempo de prioridades Este es un tiempo de inversión en la tierra y en la familia. También entrenan a sus hijos e hijas para que aprendan a cultivar su terreno. Los agricultores saben que es importante tener sus prioridades en orden. Sin inversión / sin semilla = no hay cosecha. Los agricultores no le dicen a la tierra, “nos vemos en Septiembre”. Su cosecha depende de su trabajo / inversión.

Recuerda, lo que hacemos por los demás, Dios lo hará por nosotros. (Lucas 6:31). Haz todo como al Señor (Col 3:23). Somos agricultores. ¿Cuál es tu visión para este verano? ¿Estás cuidando tu terreno? No es hora de dejarlo todo y relajarse durante todo el verano. ¡Es hora de participar como agricultor y cultivar lo que Dios ha puesto en tus manos!

2 Timoteo 2: 6 “Y el agricultor que se esfuerza en su trabajo debería ser el primero en gozar del fruto de su labor.

Que clase de terreno seria tu corazón?

En la parábola del sembrador, Jesús enseña que la semilla es la palabra de Dios y el buen terreno es el corazón (Marcos 4: 14, 15 Versión amplificada). Jesús enseñó que cuando el corazón es receptivo, recibe la palabra, y la semilla multiplicara muchas veces. Aquí está el desafío: ¡muchos cristianos no están creciendo en su fe, ni en el conocimiento de la palabra de Dios! Lo que esto significa es que han permitido condiciones en sus corazones que alteran la capacidad de recibir y creer en Su palabra. La parábola del sembrador en realidad describe cuatro tipos diferentes de terreno. La primera área permitió que el enemigo removiera la semilla una vez que había sido sembrada. El segundo no permitió que se formara un buen sistema de raíces, por lo que las pequeñas plantas morían rápidamente. La tercera semilla se plantó junto a la cizaña,y por eso la planta se ahogó y se asfixió. La cuarta semilla fue plantada en buen terreno, por lo qual dio mucho fruto. Si estás permitiendo que entren en tu corazón las condiciones que causan duda y temor, el enemigo te robará la sabiduría de la palabra. Si no te fundas en Dios y en Su palabra, la infección de problemas y desafíos a tu fe destruirá tu fe. Si siempre estás escuchando a aquellos que solo critican, se quejan, dudan y temen, esto estrangulará tu fe y quedarás espiritualmente paralizado. Esto matará tu discernimiento espiritual, y por eso te volverás espiritualmente muerto. ¿Qué terreno representa tu corazón? Asegúrese de que sea buen terreno, receptiva a Dios y su Palabra. Permita que su palabra sature, penetre y eche raíces en su corazón. ¡Dará buenos frutos, treinta, sesenta y cien veces!

Mateo 13: 8 (Ampc) “Otras semillas cayeron en buen terreno y produjeron grano, unas cien veces más de lo que se sembró, unas sesenta veces más y unas treinta”.