La voluntad de Dios es que seamos libres para poder servirle con gozo y paz. Pablo nos advierte que tengamos cuidado con nuestra libertad. Muchos usan su libertad para hacer lo que agrada a su naturaleza pecaminosa. Estamos llamados a servirnos unos a otros con amor. Las Escrituras nos enseñan a amar a nuestro prójimo de la misma manera que nos amamos a nosotros mismos. Esa es una tarea difícil, pero el Espíritu Santo te dará la gracia y la fuerza para hacerlo. Es hora de rechazar las acciones y los comportamientos que nos hacen lastimarnos y destrozarnos. Es hora de volver a amarnos como Dios nos ama.
Galatas 5:13-15 “Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor. Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo», pero si están siempre mordiéndose y devorándose unos a otros, ¡tengan cuidado! Corren peligro de destruirse unos a otros.”