Si, puedes lograrlo con Su ayuda!

Se necesita un compromiso firme y amor para caminar justamente. Si bien a la mayoría de las personas no les importa lo que dicen, piensan o hacen, los que aman a Dios eligen agradar a Dios en su vida diaria. El rey David dijo esto: “Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón sean aceptables a tu vista, oh Señor, mi fortaleza y mi redentor” (Salmo 19:14). Él oró a Dios por ayuda para vivir rectamente porque sabía que sin la ayuda de Dios, muy bien podría fallar y pecar. Sabía que Dios no solo era su Redentor, sino que también era su fortaleza. Tal vez estés atravesando un desafío viviendo para Dios en medio de un mundo no redimido, pero recuerda hoy que Dios es tu fortaleza y redentor. Él te ayudará a vivir en rectitud ante Él. E incluso cuando fallas, su amor y perdón siempre están ahí para ti. Se fortalecido hoy. Hay quienes te observan y piensan “si él puede vivir para Dios, entonces quizás yo pueda”. ¡Tengas una semana bendecida!

Todas Sus promesas son si y amen!

2 Corintios 1:20 – “Porque todas las promesas de Dios en Él son sí, y en Él amén, a la gloria de Dios por nosotros”. Hay muchas promesas de Dios en las Escrituras. Su palabra es verdad. Jesús es el camino, la verdad y la vida. Cuando venimos a Jesús, venimos a la Verdad. Él también es fiel. A medida que estudie la palabra, escriba las promesas que encuentre y cítelas a usted y a su familia con frecuencia. Recuerda que la fe viene por el oír, y el oír por Su palabra. Para cada desafío, hay una promesa. Para cada crisis, hay una promesa. Para cada necesidad, hay una promesa. Cuando encuentres una promesa, inclúyela en tus oraciones. Ora y declara su palabra. Él es fiel y honra su palabra (Salmos 138: 2). Entonces, la pregunta es: ¿Estás equipándote con Su palabra todos los días para que puedas orar y declarar las Escrituras, o estás orando emocionalmente y sin conocer sus promesas? Dios no puede decir que sí a todos tus deseos, ¡pero siempre dirá que sí y estará de acuerdo con su palabra!

2 Corintios 1:20 – “Porque todas las promesas de Dios en Él son sí, y en Él amén, por la gloria de Dios por nosotros”