Las escrituras revelan que Dios nos dio a cada uno de nosotros dones, talentos o habilidades que pueden ayudar y bendecir a la humanidad. Cada uno de nosotros tiene la gracia de que, cuando se usa adecuadamente, puede beneficiarnos a nosotros, a nuestra familia y a nuestra comunidad. Dios nos hace responsables de cómo usamos estos dones. Muchas personas son egoístas y solo usan sus dones para sus propios fines y beneficios, y no se preocupan por nadie más. Recuerda esto, Dios se complace cuando usas tus dones para ayudar y bendecir a otros. No hace la diferencia si otros son capaces de hacer más que tú. Dios solo te hará responsable por lo que haces, o no haces. La única vez que ves a Dios disgustado es cuando ve a aquellos que se niegan a ayudar o bendecir a otros con los dones que les dio. El Señor dice esto a aquellos que comparten sus dones con los demás: “Siervo bueno y fiel; fuiste fiel en algunas cosas, te haré gobernador de muchas cosas. Entra en la alegría de tu señor”.
Efesios 4:7– Pero a cada uno de nosotros la gracia fue dada según la medida del don de Cristo. Por lo tanto, dice: “Cuando ascendió a lo alto, llevó cautivo a la cautividad y dio dones a los hombres”.