2 Crónicas 7:14 dice: “Si se humilla mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oran, y buscan mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra.”.
Varios puntos me hablan poderosamente durante esta crisis.
1. ”Si mi pueblo”. Él no está hablando con aquellos que no lo conocen ni lo sirven. Él está hablando con la iglesia. Tenemos una responsabilidad increíblemente importante en este día.
2. Este es un momento en el que debemos humillarnos ante Dios y buscarlo con todo nuestro corazón. Esta es la postura de poder!
3. La oración no es una opción. Debemos orar, no solo durante una crisis, sino todos los días. Sin embargo, no orar durante una crisis es realmente perder una poderosa oportunidad de ser sal y luz en su comunidad.
4. Necesitamos arrepentirnos ante Dios por nuestros pecados y los pecados de nuestra nación. Tenemos que estar en la brecha a favor de nuestra nación.
5. Dios promete que escuchará nuestras oraciones. La sanidad divina es el pan de los hijos.
El poder de Dios no se ha desaparecido. Necesitamos mantener nuestro enfoque en sus promesas y rehusarnos a permitir que todo el ruido, declaraciones inflamatorias, noticias falsas y engañosas, etc. nos distraigan. Esto solo creará estrés, preocupación y temores innecesarios. ¡Las escrituras nos instruyen a “no temer”! ¡Jesús nos enseñó a no preocuparnos! ¡Debemos “vivir por fe y no por vista”! El amor de Jesús fue tan poderoso que no evitó a los enfermos. Fue a donde estaban y los sanó. Ahora tenemos su Espíritu dentro de nosotros. Debido a esto, deberíamos poder dormir en paz, incluso en medio de tormentas temporales como lo hizo Jesús. También deberíamos ver esta crisis como una oportunidad para compartir el amor de Dios con nuestra familia y amigos. Incluso si tenemos que limitar nuestra reunión social personal con otros por un corto período de tiempo, aún podríamos ministrar a otros por teléfono, Facetime, Facebook, Instagram, correo electrónico y otros grandes procesos tecnológicos. No te desconectes; ¡Es hora de reconectarse! Al orar por los demás, la promesa de Dios se hará realidad para muchos en su esfera de influencia. “… Perdonaré su pecado y sanaré su tierra”
Recuerde: ¡Esto también pasará!