La paciencia es uno de los frutos del Espíritu. También es parte de nuestro viaje hacia la madurez. Si lo piensas bien, la mayoría de las cosas en la vida que tienen gran valor necesitan que tengas paciencia para poder adquirirlas. Por ejemplo: futuro cónyuge, título universitario, una buena comida que toma mucho tiempo para cocinar, perder 50 libras, vacaciones, etc. La mayoría de la gente entiende esto, sin embargo, la mayoría son terriblemente impacientes y en el proceso, cometen muchos errores porque se niegan a esperar hasta el momento adecuado o hasta que están realmente preparados para ello. Romanos 15: 5 dice: “Y el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,” Dios es paciente con nosotros. De igual manera, tenemos que determinar ser pacientes con nosotros mismos en nuestras vidas. Cuando nos movemos demasiado rápido, podemos pecar y no llegar a la meta correcta.. Por la impaciencia de Abraham, decidió no esperar en la manifestación de la promesa de Dios, cual era que Dios le prometio un hijo con Sara. En vez de esperar, tuvo un hijo con otra mujer. Esta decisión sigue creando grandes problemas en todo el mundo. Paciencia es decidir no saltar a algo simplemente porque todos los demás lo están haciendo. Es la decisión de mantener sus acciones, decisiones y energía hasta el momento y lugar correcto que cosechará los máximos beneficios para todos. Mi querido amigo, esta es verdadera madurez y poder!
Santiago 1: 4 “Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”