La Iglesia tiene el espíritu del vencedor. Cuando estamos en una relación correcta con Dios, superamos obstáculos, rompemos barreras, desafiamos la palabra y la noción de “imposible”, no nos rendimos, no cedemos, nos destacamos, nos esforzamos, presionamos hacia arriba. ¡Nuestro Dios es un guerrero, y tenemos su ADN! Recuerda, tu crisis es temporal. Las tormentas no son para siempre. Las tormentas vinieron a pasar, no a quedarse. Cuando llega una tormenta, limpia la atmósfera. Elimina todo lo que no está anclado. Es posible que hayas experimentado una tormenta grande este año. Pero en vez de destruirte, te fortaleció,, te limpio y aclaro tu camino. Este año, tu camino está claro. La tormenta está detrás de ti, y los cielos azules están por delante de ti.
Romanos 8:28 “Y sabemos que todas las cosas funcionan bien para los que aman a Dios, para los que son llamados de acuerdo con su propósito”