En Mateo 13, Jesús enseñó sobre la parábola del sembrador. Él enseño que el sembrador es el que siembra la palabra de Dios. La tierra es el corazón del hombre. Cuando se siembra la palabra, el enemigo siempre intenta “arrebatar” lo que fue sembrado en el corazón. Si la persona no entiende lo que se le dijo, entonces el enemigo puede robarle esa verdad. Sin embargo, en el versículo 23, Jesús comparte que si la persona entiende lo que oye, entonces la palabra dentro de su corazón no se podrá arrebatar, y luego dará frutos. Por eso es tan importante no solo leer casualmente la palabra de Dios. Uno debe meditar en la palabra de Dios. Eso significa que te concentras en lo que estás leyendo y luego piensas en lo que has leído. También es bueno pedirle a Dios que comprendas la palabra. De esta manera, el enemigo no podrá “arrebatar” la palabra, y tu podrás dar fruto, que es lo que Dios está buscando, y podrás crecer en gracia y verdad. Dios se complace cuando sus hijos hacen de su palabra una prioridad. Recuerda siempre: la palabra de Dios sembrada en tu corazón es tu mejor arma.
Mateo 13: 18-19, 23 “Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: Cuando alguno oye la palabra del Reino y no la entiende, viene el malo y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Éste es el que fue sembrado junto al camino.” Mateo 13:23 “Pero el que fue sembrado en buena tierra es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta y a treinta por uno”